Cuando hablamos de homicidio, lo habitual es pensar en un delito que se ha consumado con el fallecimiento de la víctima. Sin embargo, también es posible que una persona actúe con intención de matar, pero no lo consiga.
En esos casos, estamos ante un homicidio en grado de tentativa, que también se castiga penalmente. Veamos en qué consiste esta figura, cuándo se aplica y cuáles son las penas.