Un proceso penal no necesariamente tiene que terminar mediante sentencia, ya que, en ocasiones, no hay elementos suficientes para continuar adelante.
En estos casos, la solución pasa por el sobreseimiento de la causa, que podrá ser libre o provisional, dependiendo de las circunstancias que lo motiven y de los efectos jurídicos que desplegará. A continuación explico la diferencia entre ambos.